Hace unos días estuve disfrutando de una verdadera experiencia enogastronómica en Zahara de los Atunes. Un paraíso de la provincia de Cádiz, en el que se ha convertido uno de los mejores sitios para comer atún. Entre la oferta gastronómica, siempre atractiva que se encuentra en esta pequeña localidad junto a Barbate, se encuentra el Restaurante Los Niños. Situado en el Paseo del Pradillo, en segunda línea de playa y con un amplio aparcamiento bastante cerca, es un lugar perfecto para vivir un día en familia saboreando su buena cocina. Está regentado por dos jóvenes emprendedores, con mucha experiencia y un futuro muy prometedor: Óscar Román y Alejandro Barquín. Óscar como chef y Alejandro como Jefe de Sala se compenetran a la perfección para ofrecer un servicio que se caracteriza por la calidad del producto y su elaboración y una cercana atención que te hace sentir como en casa.
Asimismo, el restaurante es acogedor, con un pequeño salón interior y una amplia terraza. Aunque la idea de los dos socios es la de modificar un poco su fisonomía con un ambicioso proyecto que quieren que vea la luz para febrero de 2023. Mientras, podremos disfrutar de su restaurante con una carta donde tiene una gran presencia el atún rojo de almadraba donde no podría ser de otra manera. Aunque también tiene platos de diferente índole con ese toque especial que aporta Óscar Román a sus platos, así como carnes de gran calidad como la autóctona vaca de raza Retinta. Sin perder de vista la oferta de postres, entre los que destacan varios. En su carta de vinos, es muy destacable que solo apuesten por los vinos andaluces. Un punto muy positivo que ya hace especial visitar este restaurante. Personalmente, me encanta que nuestra hostelería apueste por los productos de la zona y más si cabe por sus vinos, que tanto en generosos, espumosos o tranquilos, no tienen nada que envidiar a los que ofrecen otras Denominaciones de Origen más al norte de España. Porque la hostelería es la primera piedra para revalorizar un producto que aún, en su mayoría está por descubrir: los vinos andaluces.
En esta primera visita a Restaurante Los Niños pude degustar varias elaboraciones que paso a contarte a continuación. Comencé con una copa de un Amontillado que me encanta. Amontillado Solera de Bodegas Cayetano del Pino. La centenaria bodega jerezana, fundada en 1886 elabora este vino de casi 20 años de crianza y con una calidad/precio incomparable. Su aroma profundo con recuerdos a frutos secos y a madera y su boca llena de sabor lo hace un maridaje muy especial para casi cualquier tipo de plato. Y con este vinazo disfruté el primer plato: Ensaladilla 2.0. Una ensaladilla riquísima donde destacaba el sabor del huevo frito y su yema derretida en una mayonesa de diez, un poco de cebollita y algunas algas que le dan un sabor riquísimo muy particular. Sorprendente ensaladilla que se convirtió desde entonces en una de mis favoritas de todas las que he podido probar.
Tras la ensaladilla pudimos probar unas ‘Gyozas de ternera de aquí’, realmente espectaculares, especialmente el jugo de la propia ternera que la bañaba y quedaba en el fondo como salsita. Si la pinta en la imagen es buena, su sabor supera todas las expectativas.
Las almejas estaban muy ricas. Especialmente su salsa, perfecta para hacer sopones. Perfectas de punto, de sabor y, como digo, su salsa lo redondeaba todo. Este plato ya empecé a maridarlo con otro generoso de la zona, una Manzanilla de Sanlúcar. Maruja, de Bodegas Juan Piñero. Una manzanilla perfecta para aportar ese punto salino a cualquier plato, especialmente de la costa. Entre la Manzanilla Maruja y el Amontillado Solera de Bodegas Cayetano del Pino estuvo toda velada enogastronómica.
Llegó pues el turno de probar el atún rojo de almadraba hecho tartar. En dos versiones. Normal y picante. Aunque las dos elaboraciones estaban perfectas y correctamente aliñadas realzando el productazo que es el atún crudo, personalmente quedaría con el tartar de atún picante. Esa electricidad y el aporte del huevo hilvanando todo el plato le da un gusto especial. Aunque si van, yo les recomiendo que pidan los dos y comparen. En la mesa había opiniones para ambos gustos.
Entre ambos platos de tartar pudimos disfrutar de un ‘Pulpo frito picantón’. Una pata de pulpo frita, aliñada y ligeramente picante que redondeada con el buen punto del pulpo, salsa picante, mayonesa, cebollita y tomatitos sherry resulta una combinación perfecta. ¡Menuda sorpresa! Por fin un plato de pulpo que se sale de lo habitual. Bien por el Restaurante Los Niños.
Otro plato que no dejó indiferente fue el Túetano con tartar de atún aliñado con trufa blanca de verano y alcaparrones. Sabores muy especiales y muy potentes para un fuera de carta de mucha categoría. El gusto con el que está elaborado este ‘manjar’ ya merece la pena para pedirlo. Pero ojo, cuando tienen este plato fuera de carta ten en cuenta que es muy limitado. Así que si estás interesado en probarlo, no dudes en preguntar por él. Yo te lo recomiendo. Te llena la boca de sabor.
Sin salir del atún, probamos un clásico de las elaboraciones del atún rojo de almadraba. Un tataki bien marcado y salseado con su aliño. Otro platazo donde pone de manifiesto el producto realzando su sabor con su elaboración.
Y antes de meternos de lleno en la sección dulce, con los postres, disfrutamos de otro de los sabores que volvería a pedir mil veces. Un steak tartar con una carne excepcional presentado sobre un pan brioche que, como un buen amigo renombra, era verdadero pan de Dios. Que dicho sea de paso, Restaurante los Niños trabaja con el que – a mi parecer – es el mejor obrador de la provincia y también de Andalucía, La Cremita. Un obrador cuyos propietarios Daniel Ramos y Ángeles Aído han conseguido alzarse los dos últimos años 2020 y 2021 con la Miga de Oro de Andalucía. Dicho esto se pueden ustedes imaginar cómo estaba el pan brioche y el steak tartar. Platazo para repetir, como les digo, las veces que hagan falta.
De los postres, probé todos. Porque todos tenían una pinta fabulosa. Así que saboree el Bizcocho Templado de Chocolate con helado de frambuesa, que estaba bueno pero es quizás el postre más tradicional que tienen en Restaurante Los Niños. En cambio, la Sinfonía de Cítricos es una explosión de sabores dulces y ácidos que no puedes dejar de comer. Riquísimo. Y qué decirles del pastel de Plátano, Merengue y Cacahuete. Un bocado espectacular. Sin calificativos me quedo con el Arroz con leche de coco. Un arroz con leche servido caliente, con una leve capa caramelizada por encima y que se apoderó de mí desde que se sirvió hasta que se acabó. Y para mí, el mejor postre por su pensada, presentación y sabor es la Tarta de Queso 2.5, que bien podría ser 5.0. Porque con ese postre podríamos decir que Óscar Román ‘se ha pasado el juego’. Una bola de chocolate blanco crujiente que esconde el más puro sabor de una tarta de queso de toda la vida, que mezclado con el sabor del chocolate blanco y la tierra de galleta lo hace un postre irrepetible.
Sin lugar a dudas, un Restaurante muy a tener en cuenta en pleno corazón de Zahara de los Atunes y que va a dar que hablar más pronto que tarde en las grandes críticas gastronómicas. Como le digo, lo tiene todo para triunfar. Buen producto. Cabeza que le da un giro a las elaboraciones de siempre. Buen servicio y mejor atención. Y ganas. Sobre todo, ganas. ¡Larga vida al Restaurante Los Niños de Zahara de los Atunes! Ya estoy deseando volver.