El resurgir de Bodegas Viuda de Manjón


Hace unas semanas conocí de primera mano el relanzamiento de la Bodega Viuda de Manjón. Un proyecto que vuelve a ver la luz gracias a Ana León Domecq Manjón, quinta generación de la Bodega, su marido y sus hijos. Ellos están de nuevo poniendo en pie lo que fue esta emblemática Bodega sanluqueña, que elaboraba vinos de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar. Con uno de sus hijos, Pablo García de León quedé en la Finca Berango, en el pago de Espartinas a 117 metros sobre el nivel del mar. Estos terrenos, que fueron propiedad de Pilar Domecq, madre de Ana y abuela de Pablo, se dividieron en dos hace unos años. Por tanto, cuando llegamos a los viñedos hay una intercesión. A la izquierda Viña Berango, a la derecha Viña Leona, que a la postre se convertirá en el viñedo de la renovada Bodega Viuda de Manjón. En la parte de Viña Berango se encuentra la casa de viña, actualmente propiedad de una de las hermanas de Ana León Domecq. Por su parte, Viña Leona tiene la casa de la Yeguada, donde, en un ambicioso proyecto por parte de los herederos de la Bodega Viuda de Manjón, quieren construir su próxima bodega de crianza.

Pero contextualicemos. ¿Cómo fue la primitiva Bodega Viuda de Manjón?

Es una bodega nacida en Sanlúcar en el año 1846, fruto del matrimonio de los empresarios bodegueros Leona de Mergelina y Gómez de Barreda y Pedro Manjón y Fernández de Valdespino. Estaba situada en el sanluqueño Callejón de San Miguel, muy cerca de la casa del matrimonio que es conocida como la ‘Casa de la Moreda’ o ‘Casa de Manjón’. Comienzan con 4000 botas de solera y comprando algunos viñedos como ‘Pastrana’, ‘La Palmosa’ y parte de ‘Évora’. Pero en 1865, tan solo 19 años después de la fundación de la compañía, fallece Pedro Manjón y Leona de Merjelina se queda viuda, al cargo de seis hijos – algunos muy pequeños – y se hace cargo de la dirección de la Bodega, llamándose desde entonces hasta la actualidad Bodegas ‘Viuda de Manjón’. Desde entonces, gracias a su maestría con los negocios, Leona amplía la Bodega aumenta sus botas a 6000, compra nuevos viñedos y crea numerosas y nuevas marcas como ‘Leona’ – que haría famosa a su Manzanilla, ‘El Rocío’, ‘Montañeses’, etc.

Leona fallece en Sevilla en el 1900, tomando el relevo su hija Regla Manjón y Mergelina (Condesa de Lebrija). A su muerte, en 1938, es González Byass, quien había mantenido estrechas relaciones comerciales y de amistad con la Bodega sanluqueña, la que compra la mayor parte de las marcas y soleras de la misma.

Relanzamiento de una Bodega

Con esta historia, Bodegas Viuda de Manjón vuelve a nacer el año pasado, en 2021, gracias al esfuerzo por recuperar el esplendor de años atrás. Tras unos años de trabajo por el relanzamiento de la Bodega y sus marcas por parte del matrimonio formado por Ana León Domecq Manjón, quinta generación y Manuel García Odero (hombre de campo, dedicado a la agricultura durante toda su vida y al mundo del vino ya que ha trabajado durante años en Bodegas Manuel García Monge), estos deciden cambiar de nombre su parte de Viña Berango para llamarla Viña Leona. Asimismo, vuelven a comprar la marca Leona y otras más – que ya pertenecían a la Bodega y que han pertenecido hasta la fecha a González Byass.

Con todo esto encima de la mesa, Viña Leona de Bodegas Viuda de Manjón posee actualmente 9 hectáreas de viñedo, de las 200 de toda la Finca. Todo está plantado con la variedad Palomino Fino, mayoritaria del Marco y de esa uva pretenden en un futuro poder sacar todos sus vinos. Además, en Sanlúcar también tienen viñedo, concretamente en uno de los pagos sanluqueños de toda la vida como es Miraflores Alta, con 8,2 hectáreas de viñedo en viña Pastrana (5,42 h.) y viña El Rocío (2,60 h.)

Actualmente poseen tres vinos, todos bajo la marca Leona: Manzanilla, Oloroso y Cream. Los tres son fruto de una selección meticulosa de soleras situadas en una bodega de Sanlúcar de Barrameda.

El proyecto a fondo

Quedé con Pablo García de León en Viña Leona un jueves de final de mayo a la hora del Ángelus. No hacía especialmente calor, por lo que se podía caminar bien por el viñedo. Pablo es un joven apasionado de los vinos de Jerez y de la Manzanilla de Sanlúcar. Tan solo al hablar de ellos y disfrutarlos, ya se le nota. Me comenta que hace prácticamente un año plantaron una nueva zona de su viñedo. Es la viña más joven, aunque también poseen parras de más de 30 años. La tierra albariza es de excelente calidad, de las que deslumbran en los días centrales del verano. Y la viña está en ladera, con una altitud que se nota al subirla. Pero da gusto ver un viñedo que comienza a nacer junto a otro que sigue su vida, gracias al buen hacer del padre de Pablo, Manuel García Odero, una pieza fundamental en el buen desarrollo de la planta que dará el fruto de sus vinos. Prácticamente en medio del viñedo, hay un gran acebuche, cuyas ramas aportan una buena sombra. Ahí Pablo me confiesa que es su lugar favorito del viñedo.

Desde allí, se disfruta de todo su esplendor. Y de una fabulosa puesta de sol con Mesas de Asta de horizonte. Un rincón perfecto para un proyecto enoturístico que llevará a cabo esta emblemática bodega a corto plazo. De allí, visitamos la casa que será de viña, antigua cuadra de la Yeguada que pertenecía a la familia. En una de las cuadras, en sus box, les gustaría crear una pequeña bodega. Auténtica como ninguna, ubicando las diferentes andanas en cada uno de sus box. Pocas botas, y poco vino pero de gran calidad. Un regalo hecho realidad que verá la luz en algunos años.

Tiene buena pinta. Sin lugar a dudas. En total, la parte de Finca Berango que corresponde a Bodegas Viuda de Manjón son 200 hectáreas, de las cuales unas 17 son de viñedo (8,8 ya plantado, mitad y mitad aproximadamente de viña vieja y nueva) y unas 7 hectáreas cercanas a la casa, que pretenden convertirse en viñedo en próximas fechas. Sumado a las 8,2 hectáreas de Sanlúcar, todo de Palomino Fino, tiene visos de volver a alcanzar el esplendor de entonces. Ganas e ilusión, le están poniendo, sin duda.

Los vinos

Conocí los vinos de Bodegas Viuda de Manjón gracias a un envío a través de Instagram. Los tres vinos que actualmente tienen en el mercado no te dejan indiferente. Son tres sacas de tres botas sanluqueñas. Se presentan en botella negra sin etiqueta, ya que la marca y todo el contenido viene serigrafiado. Les aporta un estilo muy particular. Y las tres bajo el paraguas de la misma marca. Leona.

Manzanilla Leona es una Manzanilla de unos ocho años de vejez. Pero tiene un carácter fino, muy salino y es sabrosa. Su nariz es floral y su boca es fresca y está muy buena tanto a temperatura ambiente como fría. Aunque cualquier vino biológico es mejor disfrutarlo en frío y más ahora en verano, esta Manzanilla tiene esa característica de los buenos vinos. Están ricos a cualquier temperatura. Manzanilla Leona es perfecta para un arroz, un pescado a la plancha o frito o una barbacoa entre amigos.

Oloroso Leona es mi vino favorito de la bodega. Al menos, de lo que han sacado hasta la fecha. Es un oloroso en toda regla. De unos 12 años de crianza. Aunque su cuerpo, su estructura y su untuosidad marcan incluso más años. Es muy sabroso y tiene algún toque abocado, pero muy sutil. Sapidez a madera y frutos secos tostados. Es de los Olorosos más redondos que he probado con esos años de vejez. Sin lugar a dudas, un grandísimo vino, que está entre mis favoritos en casa. Si no lo han probado, no dejen de hacerlo. Ya me dirán, y corroborarán lo que acaban de leer. Su maridaje perfecto es una carne de caza, o roja aunque también se lo recomiendo con guisos o verduras. O para disfrutarlo leyendo un libro, o para abrir boca por la mañana. O cuando ustedes quieran. Oloroso Leona siempre encaja, a cualquier hora.

Por su parte, Cream Leona es un vino generoso de licor muy especial. Como saben, el cream es el resultado de un vino de crianza oxidativa (especialmente un oloroso, con un pedro ximénez). Este en concreto es muy potente en nariz, donde no solo destaca el pedro ximénez sino, la madera que adquiere de su crianza oxidativa. En boca es ligeramente más abocado que el Oloroso, como es lógico, pero es un cream que no resulta ser empalagoso y donde destaca más la sequedad que la dulzura. De hecho la dulzura lo hace más fácil de beber pero es un vino que pone más de manifiesto su profundidad organoléptica que otros de su misma tipología. Otro gran vino. Sin lugar a dudas. Fresco y sabroso. Aunque Cream Leona pudiera verse como un vino de postre, les recomiendo disfrutarlo con un buen queso, para empezar un aperitivo, o con un Solomillo Wellington. Los salazones o un pescado a la plancha tampoco se le queda atrás.

Bodegas Viuda de Manjón está preparando para las próximas semanas el lanzamiento de sus dos siguientes vinos. Un Amontillado y un Palo Cortado. Esta vez, con soleras de Jerez. Sin lugar a dudas, les auguro un gran éxito dado el carácter de los vinos que ya tienen en el mercado. Vinos diferentes, especiales y que destacan, dentro de un abanico muy amplio de los vinos de Jerez y de las Manzanillas de Sanlúcar.

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